Un ETF (Exchange Traded Fund) es un fondo de inversión que cotiza en bolsa igual que una acción. Esto permite que puedas comprar o vender en cualquier momento de la sesión bursátil, al precio de mercado. Además, un ETF está compuesto por una cesta de activos —acciones, bonos, materias primas o una combinación— lo que facilita una diversificación casi inmediata.

Por ejemplo, con un solo ETF puedes replicar todo el índice S&P 500 (las 500 mayores empresas de Estados Unidos) o un sector como tecnología, salud o energías renovables. Esa flexibilidad y acceso global son parte de lo que hace a los ETFs tan populares.

1. Abre una cuenta online con Self Bank: proceso rápido, completamente digital. Puedes abrir tu cuenta ahora mismo.
2. Accede al buscador de ETFs: filtra por región, sector, coste y perfil. 
3. Elige el ETF que se ajuste a tu perfil de riesgo y horizonte de inversión.
4. Invierte: selecciona el importe, revisa comisiones y confirma.
5. Haz seguimiento: revisa periódicamente tu cartera, reinvierte si es necesario y mantente informado.

Te recordamos que los ETFs son productos muy líquidos, se negocian en tiempo real en determinadas bolsas, por lo que se pueden comprar o vender en cualquier momento de la sesión. Además, cuenta con especialistas o proveedores de liquidez que se posicionan en la oferta y la demanda, haciendo que siempre haya títulos disponibles.  Y también son transparentes, porque se conoce siempre la composición de la cartera y su precio, que dependerá directamente del índice de referencia.